¿Estás bajo estrés?
Demasiado trabajo, demasiados vencimientos, demasiada tensión en la vida de pareja, las hipotecas, las pérdidas…
Nuestro cuerpo responde a las sobrecargas y desafíos de la vida cotidiana produciendo una mayor cantidad de adrenalina, noradrenalina y cortisol, tres hormonas que aumentan la frecuencia cardíaca, la sudoración y el tono muscular y activan al máximo nuestra capacidad de respuesta en situaciones peligrosas o desafiantes.
Esto se considera «estrés bueno», pero ¿qué sucede con nuestro cuerpo cuando se somete a una exposición prolongada al estrés?
Al igual que con todos los excesos, hay desequilibrios que llevan a nuestro organismo a enfermarse. Las defensas inmunitarias disminuyen, los músculos se endurecen, aumenta la presión arterial y el sistema digestivo también sufre.
El estrés bueno se convierte en nuestro peor enemigo y además de afectar el estado físico, también amenaza la parte emocional que tiene efectos negativos en nuestra felicidad.
Un malestar físico puede causar irritabilidad y nerviosismo, factores que afectan a las relaciones.